Los ejercicios aeróbicos consisten en hacer actividades de intensidad baja o media y de larga duración, por lo que su objetivo es, fundamentalmente, trabajar y desarrollar la resistencia.
En los ejercicios aeróbicos se necesita oxígeno, porque el cuerpo recurre a la energía procedente de las grasas y éstas requieren oxígeno para ser metabolizadas. Es, precisamente, esta forma de obtener la energía lo que hace que sean perfectos y los más recomendables para adelgazar, aunque lo ideal es combinar los ejercicios aeróbicos y los anaeróbicos para trabajar el cuerpo en su conjunto y tonificar la musculatura.
Caminar, correr a ritmo suave, nadar, bailar, montar en bici sin sprints, son ejemplos de ejercicios aeróbicos. La principal finalidad es desarrollar y aumentar la resistencia, fortalecen el corazón y los pulmones, porque mejoran la circulación de la sangre y la oxigenación del organismo, ayudan a reducir el colesterol LDL o “malo” y aumenta el bueno. Además, baja la presión sanguínea, por lo que estos dos factores reducen el riesgo de infarto.
fuente: atractivas.es